GOTAS DE ROCÍO ACONTECIMIENTOS FELICES

sábado, 15 de septiembre de 2007

LUIS CERNUDA






Nació en Sevilla en 1902, hijo de padre militar, se educó en un ambiente de
rígidos principios. Desde pequeño puede adivinarse el choque entre unos valores
familiares muy estrictos y la propia personalidad tímida y retraída del poeta.
El poema "La familia" del libro Como quien espera el alba (1944) puede ser un
buen testimonio de esos primeros años de la vida del poeta.
En esos primeros
años marcados por la soledad, Cernuda descubre la literatura, y lo hace de manos
de Bécquer, autor con el que la poesía cernudiana presenta importantes
contactos, tanto en sus primeros versos (Perfil del aire) como en otros libros
posteriores (no debemos pasar por alto que el título del libro Donde habite el
olvido está sacado de un verso de Bécquer)
En 1919 comenzó los estudios de
Derecho en la Universidad de Sevilla. Allí conoció a Pedro Salinas, que fue su
profesor e introductor serio en la literatura, tanto la clásica, como la de los
ya clásicos más o menos recientes franceses: Baudalaire, Rimbaud, Mallarme,
Verlaine...
En estos años descubre también a un autor francés que le
influirá poderosamente, Andre Gide, y en el que encontrará el poeta sevillano un
paralelo de sí mismo.

Madrid. Toulouse.-

En los años veinte se
traslada a Madrid, donde entra en contacto con los ambientes literarios de lo
que luego se llamará Generación del 27.
En 1928 ocupa plaza como lector de
español en la Universidad de Toulouse. Allí comenzará a redactar los poemas de
lo que será su libro Un río, un amor, inspirado directamente en la música de
jazz y blues (el poema "Quisiera estar solo en el sur" alude
directamente a ella) y en el cine. Volverá a Madrid en 1929.
Al proclamarse
la República, la recibe con ilusión, y siempre se mostrará dispuesto a colaborar
con todo lo que fuera buscar una España más tolerante, liberal y culta. Como
ejemplo de esto último tenemos su participación en la Misiones Pedagógicas y
Culturales que organiza el gobierno de la II República desde 1934.
Estos
años son también de compromiso y acción política: Cernuda se afilia al Partido
Comunista por breve espacio de tiempo y colabora en revistas de marcado carácter
izquierdista, como es el caso de El Heraldo o la revista Octubre, fundada por
Rafael Alberti.
Pero los primero años treinta son también los del
descubrimiento por parte de Cernuda de la obra de los poetas románticos alemanes
(Novalis, Heine, Hölderlin), así como el inicio de su faceta de traductor.
Durante la Guerra Civil participó activamente desde las trincheras
culturales organizando actividades de todo tipo, como es la fundación de la
revista Hora de España, junto con poetas como Alberti o Gil Albert, o la
participación en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas realizado en
Valencia.

Gran Bretaña.-

En 1938 fue a dar unas conferencias a
Inglaterra, de donde ya no regresó a España. En Gran Bretaña, Cernuda vivirá de
su trabajo como profesor en diferentes universidades: Surrey, Glasgow y
Cambridge.
Allí profundizará en la lectura de los clásicos ingleses y
descubrirá la obra de autores que le influirán poderosamente, caso de T.S.
Elliot.

Estados Unidos.-

En 1947, gracias a la mediación de su
amiga Concha de Albornoz, consigue una plaza de profesor en la universidad
norteamericana de Mount Holyoke, en la que permanecerá hasta 1952.
En 1960
volverá a EE.UU., a Los Ángeles, para impartir clases por espacio de tres años.

México.-

Desde su llegada a EE.UU. en 1947 las relaciones de
Cernuda con México se van agrandando. En 1952 trasladará su residencia a la
Ciudad de México, de la que solo se ausentará para dar clases en California
entre 1960 y 1963. En 1963 morirá en Ciudad de México.
Contenido y diseño: José Mª González-Serna Sánchez (2002)


Poemas de Luis Cernuda





PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.

Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Itaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.

EL VIENTO Y EL ALMA

Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.

Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.

Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.


Dejame tu comentario. Gracias

Archivo del blog